Hay, Horacio, cosas en el cielo y en la tierra que tu filosofía no puede comprender.
Hamlet
Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul

martes, 17 de agosto de 2010

Poema de la filtración


La misma servilleta se contorsiona al compás
del día, que es otro y otro día
y ya no sé que día es, pero saberlo está de más
es la misma y abrumadora monotonía.


La zozobra de una voz maternal autoritaria
reprendiendo a su hijo por entonar una melodía
Recordándole el dolor de una cesárea
con una lagrima de rabia, que es extraña y que no es mía.

El hombre derribado se arraiga al lodo del túnel
Ansioso pide una solitaria moneda,
Como si los perfectos anónimos que suben
pudieran devolverle su pierna.

Ya los artificios mágicos que asolaron tribus han desaparecido
La magia arcana es desdicha, que fue leyenda y ahora es mito
Los magos y curanderos en el polvo han perecido
Pues en la ciencia, está todo explícitamente escrito.

Ahí mañana, ahí noche, ahí tarde, soñando despierto me encuentro
Es un pálido rayo de tu triste Sol
El que me despierta del común estupor, y del agobio donde me compenetro
Aflórese mi piel, juventud a borbotones emanados de tu voz.

Lo admito, es una voz de sombra y penurias
Es un ojo de esmeralda cristal
Que acarrea el intolerable peso de lejanas penurias
Que trata de ver la sacra faena de lo celestial.

En nuestra honda tristeza, cual abismo subterráneo
Cantamos las desdeñosas loas del presente
Mirando a través de la rendija, el pasado subcutáneo
Revelado por puentes envueltos de tinieblas y dementes.

Y hablamos en lenguajes incomprensibles
Blasfemando a los dioses contemporáneos
Que no permiten el lenguaje, desde sus oscuros pedestales
¡Al diablo con estas majestades!

Pero somos de razas diferentes
y nuestro pecado es inconmensurable
Es hora de partir a otras muertes
Vagando, yo, un horizonte yermo y distante

Los Dioses del Cielo y el Infierno así lo estipularon
En sus baladas de destinos inenarrables y cambiantes
Ya no existe esa porfiada cadena que es el tiempo
No para mí, una colonia de defectos andantes


[Una alimaña espeluznante
[Una vituperación electrizante