Hay, Horacio, cosas en el cielo y en la tierra que tu filosofía no puede comprender.
Hamlet
Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul

domingo, 25 de abril de 2010

Villancicos para un día con sombra

Durante mis milenios no maniobré la serpiente de acero

no palpé los húmedos labios del rocío

no susurré tu rostro vencido por la angustia

no pude resguardarte de los torbellinos de tinieblas;

la muerte injusta.


Durante mis milenios me dediqué a figurar los versos de mi batalla,

del destino que me resguardó una hoz de luz cristalina

que ya la desdicha me la ha quitado

De lo que fui y no pude ser

de mis ofrendas, mis vagas palabras, mis manos derruidas,

mis velocidades estrambóticas. De mis ofrendas rechazadas,

mi condena y mi reclusión.


Ya se resquebraja la montaña sobre mis hombros.


Labrando el verso seguiré viajando milenios

Inasible

Yo, una falta de ortografía en los libretos de un Dios Grande y Vasto

que se pasea por otros universos hoy en día.

domingo, 11 de abril de 2010

Retratos de un viajero


I Desdicha

¿Por qué- pregunto anonadado-

tu nombre me oprime el pecho,

mi interior está fustigado

el puma yace desmembrado?

¿Por qué la comida no repara

el frío de sombra de mi alma?

¿Por qué me sumo al vacío intemporal

si tu no existes?


II Destellos

Los semáforos conspiran;

engañan sus párpados nublados.

Hay demasiados semáforos rectangulares.

El mundo es un anuncio.


III Puppet

Vas al boliche:

pasos programados

marcha de un ejército

gritos al unísono

nadie habla, todos lucen máscaras

¿Acaso te están bailando?


IV Voyage

No vi la calle

y perdí el barco

Mas no te preocupes, hermano,

pues en otro navío, algo más antiguo, estoy viajando.


V Burocracia

Los sellos marchan incesantes y parcos

-marcha gris-

No entienden que lastiman los reprimidos papeles

que no merecen tal laceración.

¡Más despacio!

-Rostros grises-

Hay algo de vida, algo de pena.

Es un milagro de trámites fétidos.


VI Rutas Antiguas

Eran labradas con lodo del antaño,

las trataban con cariño en el dibujo del páramo.

Llora el cielo, llora tibio.

El constructor se rasca la barbilla,

Comprende que la ruta se fue.

Perpetra un solemne duelo,

construye un monolito a su memoria

y la labra de nuevo.


VII Oprobio

Me sos ajena

Y ya los mármoles son blancos

Pues vi el orbe entero desde una torre prohibida

Y me pareció tan baladí como efímero

¡Qué monotonía!

Las hordas me asedian iracundas

pero aún blandiré mi fiel acero letal sobre el inmóvil mar.