Hay, Horacio, cosas en el cielo y en la tierra que tu filosofía no puede comprender.
Hamlet
Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul

domingo, 7 de noviembre de 2010

La Abolición de la Represa

Una extensa cordillera de años los separaba.
Fue un avatar del destino que se encontraran en el medio de la calle gris, a la sombra de un árbol.
Se habían visto sólo una vez en toda su existencia, mas allí estaba la fatiga de la búsqueda, el desembarazo de la inquietud, la espiga de los años, la metamorfosis de la existencia.
A ella le gustaba Pescado Rabioso, a él Chopin.
La mirada es una anomalía invisible cual puente de océanos
La ventisca conoció a uno, la sequía la visitó a ella; ambos compartían el susurro de la soledad.

El recuerdo afloró en el crepúsculo del olvido, los rastros de sangre habían sido amedrentados.
La luna menguó. El Sol refulgió.
No escupieron un instante.
No existe la felicidad, ellos se siguen mirando.
Quizá, Medusa no encuentre el amor en nuestro mundo
.


Marzo

martes, 12 de octubre de 2010

Diosa y Heroina

Dentro de las muchas frases, inquietantes y profundas, que podemos encontrarnos, me dejo detenerme en esta; una frase de la canción Bubulina que compuso Charly García. Dentro de la obra de este músico, podremos encontrar una variedad inmensa de frases y enseñanzas que nos dejarían mucho tiempo pensando. Pero, repito, me detengo aquí:

Diosa y heroína.

La canción Bubulina trata, en resumidas líneas, de una muerte (haciendo alusión al personaje de la historia de Zorba, el Griego) así como puede tranquilamente narrar las ocurrencias y hechos que ha ocasionado algún Ídolo de esos que nos pueden destrozar. Supuestamente, la letra está dedicada a María Rosa Yorio, mujer de Charly por ese entonces (1975).

En el recital de despedida de Sui Generis, la canción Bubulina se presenta por primera vez ante el público, dirigida por la voz de Nito Mestre que pareció darle una mística acústica a una letra de amor y tristeza. García modificará posteriormente la canción en "La Máquina de Hacer Pájaros", para darle un acento más oscuro y denso. Advertimos esa nueva oscuridad cuando en el principio de la canción, las notas emanan del órgano eléctrico que, a su vez, reemplaza la furia de la batería de Juan Rodriguez en el recital que se dio en el Luna Park el 6 de Septiembre de 1975.

Podemos observar, entonces, una atmósfera agobiante y un dolor que parece no cicatrizar, una herida que no cura el tiempo. Estas heridas siempre son producidas por cosas o seres muy poderosos y es aquí donde comienza la subjetividad casi absoluta. Muchas veces, el poder que adquieren ciertos seres o ciertas cosas es otorgado por nuestro propio ser. Nosotros, en base a ciertos puntos y atributos que encontramos, fabricamos lentamente un Ídolo o un Dios; nuestra visión, claro está, está imbuida constantemente por nuestra imaginación y nuestra poderosa esperanza. Pero olvidamos que ese ser al que hacemos un Dios no es más que otro y que vive también la miseria que circula por la senda de la humanidad. Cada persona, contiene un pequeño poeta que ansía salir a embellecer lo que es ruin y pobre, porque el humano sin esperanza es un hombre muerto. Entonces, ese pequeño poeta maneja las manivelas de nuestra imaginación (uno de nuestros más ricos recursos) tergiversando, muchas veces, nuestra percepción de las cosas y creando una Nueva Vista, que no muchos podrán ver o entender.

Tanto las Religiones como las Mitologías construyeron uno o más Dioses a los que le atribuyen el honor de la creación total. En el principio de los tiempos, el hombre quizá haya buscado delegar la penosa búsqueda del Principio, "echándole"esa responsabilidad a seres que todo lo pueden. Lo mismo sucede con estos Ídolos que maquinamos; estos en parte tendrán la culpa de nuestra desdicha y en ellos encontraremos la esperanza que buscamos.
En la canción, Bubulina muere, dejándole al protagonista un dolor inefable, una tribulación que lo fatigará por el resto de su condenada vida. Y es ahí cuando decide otorgarle la responsabilidad al Ídolo (nosotros no podemos determinar quién ha sido el responsable):

"Máscara de Luna
esa puerta no debiste abrir, pero ya abierta es tan real."

Pero el protagonista, pese a haber sufrido esta derrota sobrecogedora, conserva aún su esperanza:
"Para hacer esta armonía es preciso un nuevo ser,
capaz de nacer mil veces sin crecer"

Desde su plano de músico, el dolor lo va derruyendo y ya no puede ver más, el mundo se ha vuelto demasiado tenebroso y abstruso ("cuatro notas separadas, y la oscuridad total"). Y la canción marcha y marcha... Sin embargo, ya abocados al final, podemos advertir que la carga abrumadora de la melodía obtiene una especie de climax o de expulsión de una fuerza ocultada al momento en que Charly dice "Diosa y Heroína".

Y ahí es cuando el dolor se quiebra, cuando pese a todo lo sufrido, el protagonista no puede olvidar quien fue esta mujer, esta Diosa Fastuosa. Nosotros siempre estamos creando ídolos para darnos un grano más de esperanza contra este mundo en ruinas, contra una oscuridad que avanza a paso incesante dentro de nosotros. Entonces, preparamos una suerte de ejército que combatirá este batallón de tinieblas y Soledad. El Dios o el Héroe se puede debatir entre este ejército y derrotarlo. La última oración es una pobre víctima de una mentira atroz; nuestro Héroe podrá resistir el ataque en el campo de batalla para que esas alimañas no asedien lo más íntimo de nuestro ser, pero, esta resistencia será efímera y su espada se terminará quebrando. Pero el humano no puede consentir esto; hemos crecido con la idea de que algún día llegará un Héroe que nos liberará de todas nuestras miserias. Es ahí cuando nos abocamos al Dios y olvidamos la imparable batalla que se cierne todos los días en nuestro ser. Ese Ser Majestuoso tiene, seguramente, la llave para acceder a lugares idílicos y fantaseosos. Es la Promesa, la utópica promesa de que la esperanza se concreta y, que la felicidad dejará de existir solo en pequeños atisbos, como jirones de nubes que se desintegran con una ráfaga de viento. Sí, seremos liberados de la ruin miseria que nos atañe día a día, casi seremos liberados de la condena de ser un humano. Pero esta mentira no se puede sostener por demasiado tiempo, toda burbuja deberá estallar. Y, cuando creíamos que las pegajosas aguas del mar del cotidiano hastío se evaporaban y que la Guerra estaba ganada, nuestro Héroe no cumple su promesa o, dramáticamente, muere. El desasosiego del ser humano, fiel proyector de ilusiones redentoras, se extingue ¡Todo en lo que creyó ha muerto! Entonces, miramos atónitos como se desmorona nuestra tierna muralla, la que nos separaba de la oscuridad. Y cuando volvemos a los campos de batalla, comprendemos que abusamos de nuestra confianzuda esperanza y que las hordas temerarias ya han avanzado demasiado.

Normalmente se produce, en ese entonces, lo que me gusta llamar "pena del alma" que consiste en un dolor concreto y a su vez, abstracto en el corazón. Un malestar, un peso inenarrable en ese órgano (donde habita el alma, según los rumores) que nos tira para abajo, que paraliza nuestra mente y que debilita nuestro ser. Mas, nuestro pequeño poeta, colmado de amor y de buenaventura, levanta la cabeza en la hecatombe y se manifiesta. En algunas personas, el pequeño poeta llama con un atronador cuerno a la música, a las imágenes o a las letras, por dar un ejemplo artístico. Lo cierto es que la esperanza parece perenne y que si bien comprendemos nuestra desdicha, la aceptamos (hasta cierto punto) y la llevamos adelante, para que la batalla no esté perdida.

Entonces, retrotrayéndome a la canción de García, el protagonista acepta lo que fue esa mujer, esa Diosa y Heroína y entiende que su instante de Diosa es eterno y que quedará congelado en los márgenes del tiempo. Por eso prefiere la ida de esta Heroína antes que su muerte (imaginen la magnitud de una muerte semejante).

Con dolor, con aceptación, con valentía, enuncia los últimos versos de su canción, con una fuerza y una emoción terribles:
Diosa y Heroína
dejame la llave antes de ir
no esperes a la muerte aquí.

Para concluir esta reflexión, yo me pregunto: ¿No será esa Heroína nuestra llave a la felicidad? Si así fuese, ¿No nos conformaríamos con la defragmentación de la Diosa, de manera que perdiendo poder, pudiese seguir siendo nuestra fiel llave? Sin embargo, muchas serían las incongruencias al aceptar esas preguntas; la Diosa es la llave, no el humano común.
Quizá, la Diosa sea una representación sutil de la verdadera Llave, esa que le da sentido a la vida y de la cual, la esperanza funciona.

martes, 17 de agosto de 2010

Poema de la filtración


La misma servilleta se contorsiona al compás
del día, que es otro y otro día
y ya no sé que día es, pero saberlo está de más
es la misma y abrumadora monotonía.


La zozobra de una voz maternal autoritaria
reprendiendo a su hijo por entonar una melodía
Recordándole el dolor de una cesárea
con una lagrima de rabia, que es extraña y que no es mía.

El hombre derribado se arraiga al lodo del túnel
Ansioso pide una solitaria moneda,
Como si los perfectos anónimos que suben
pudieran devolverle su pierna.

Ya los artificios mágicos que asolaron tribus han desaparecido
La magia arcana es desdicha, que fue leyenda y ahora es mito
Los magos y curanderos en el polvo han perecido
Pues en la ciencia, está todo explícitamente escrito.

Ahí mañana, ahí noche, ahí tarde, soñando despierto me encuentro
Es un pálido rayo de tu triste Sol
El que me despierta del común estupor, y del agobio donde me compenetro
Aflórese mi piel, juventud a borbotones emanados de tu voz.

Lo admito, es una voz de sombra y penurias
Es un ojo de esmeralda cristal
Que acarrea el intolerable peso de lejanas penurias
Que trata de ver la sacra faena de lo celestial.

En nuestra honda tristeza, cual abismo subterráneo
Cantamos las desdeñosas loas del presente
Mirando a través de la rendija, el pasado subcutáneo
Revelado por puentes envueltos de tinieblas y dementes.

Y hablamos en lenguajes incomprensibles
Blasfemando a los dioses contemporáneos
Que no permiten el lenguaje, desde sus oscuros pedestales
¡Al diablo con estas majestades!

Pero somos de razas diferentes
y nuestro pecado es inconmensurable
Es hora de partir a otras muertes
Vagando, yo, un horizonte yermo y distante

Los Dioses del Cielo y el Infierno así lo estipularon
En sus baladas de destinos inenarrables y cambiantes
Ya no existe esa porfiada cadena que es el tiempo
No para mí, una colonia de defectos andantes


[Una alimaña espeluznante
[Una vituperación electrizante

jueves, 3 de junio de 2010

Posludio de una tribu


-->
En la irreal cúpula
una campana medio resquebrajada canta,
cambia constantemente de color
y gira para no volver,
sabiendo que volverá.

Un ejército de flores oye vestigios de su voz
mientras la Luna crece
y los hombres se acuchillan
¿A qué hora? A las siete.

Da llantos y cantos en sus bramidos
la campana en ruinas aciagas.
Solo un desterrado Rey advierte sus tribulaciones;
él quisiera consolidarla pero ya es tarde
porque no la encontrará jamás.
No puede divisar el rosetón y la gárgola
que quizá hayan sido profanadas
en la miseria de la lujuriosa ciudad.

-->
Génesis 3:19

Él es Dios, Odín y Zeus
mas el espejo le revela carne profana.
Simple es su labor entonces,
toma una piedra y quiebra el espejo.

Pronto sangrará.


Junio 2010

martes, 1 de junio de 2010

Timidez

Siento tantas ganas de hablarte

de susurrarte en tu delicado oído

pájaros exóticos y valles húmedos

pintarrajeados de un verde profundo

Pero una muralla que crece veloz

traslucida como la desesperación invisible

nos separa en continentes inalcanzables

y lejanos miramos al océano

que en sus agitadas corrientes nos contactan

en su soledad de cafés y criaturas fantásticas;

nos susurra relatos y fábulas su voz picada

ese puente cuelga de sogas llovidas y sirenas danzantes

En el ocaso donde el naranja Sol muere

y estalla sórdidamente

la muerte me seduce para palpar tu mano.


Me precipito entre labios de sal y ojos de coral

buceo entre drakares y galeones de cristal

me aferro al fondo del iceberg silencioso y agonizante

fundo mi mano en el tridente de Poseidón

y al fin veo la nitidez de tu rostro

de tu boca emanaban diamantes oníricos

La muralla estalla

y acepto

emocionado, entre mis lágrimas de un amor

que, es el instante volcánico y la ansiedad constante,

la tragedia de lo trivial

Acepto, abnegado a mi suave destino

el compromiso de la bella muerte.


December dû 2009

domingo, 25 de abril de 2010

Villancicos para un día con sombra

Durante mis milenios no maniobré la serpiente de acero

no palpé los húmedos labios del rocío

no susurré tu rostro vencido por la angustia

no pude resguardarte de los torbellinos de tinieblas;

la muerte injusta.


Durante mis milenios me dediqué a figurar los versos de mi batalla,

del destino que me resguardó una hoz de luz cristalina

que ya la desdicha me la ha quitado

De lo que fui y no pude ser

de mis ofrendas, mis vagas palabras, mis manos derruidas,

mis velocidades estrambóticas. De mis ofrendas rechazadas,

mi condena y mi reclusión.


Ya se resquebraja la montaña sobre mis hombros.


Labrando el verso seguiré viajando milenios

Inasible

Yo, una falta de ortografía en los libretos de un Dios Grande y Vasto

que se pasea por otros universos hoy en día.