Hay, Horacio, cosas en el cielo y en la tierra que tu filosofía no puede comprender.
Hamlet
Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul

domingo, 25 de abril de 2010

Villancicos para un día con sombra

Durante mis milenios no maniobré la serpiente de acero

no palpé los húmedos labios del rocío

no susurré tu rostro vencido por la angustia

no pude resguardarte de los torbellinos de tinieblas;

la muerte injusta.


Durante mis milenios me dediqué a figurar los versos de mi batalla,

del destino que me resguardó una hoz de luz cristalina

que ya la desdicha me la ha quitado

De lo que fui y no pude ser

de mis ofrendas, mis vagas palabras, mis manos derruidas,

mis velocidades estrambóticas. De mis ofrendas rechazadas,

mi condena y mi reclusión.


Ya se resquebraja la montaña sobre mis hombros.


Labrando el verso seguiré viajando milenios

Inasible

Yo, una falta de ortografía en los libretos de un Dios Grande y Vasto

que se pasea por otros universos hoy en día.

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